15/02/2025

Para poder hacer crecer la empresa, ofrecieron lotes a los empleados

Lee la nota en :2 Minuto/s, 40 Segundo/s

La firma es de Matorrales y debe contratar personal de la zona porque no hay mano de obra desempleada en el pueblo.

Parece imposible pero no lo es. En la pequeña localidad del departamento Río Segundo, se registra desocupación cero.

Con poco más de 1200 habitantes, la principal actividad económica es la agricultura, la ganadería y en menor medida la industria.

En ese sentido, desde hace 12 años se instaló en la localidad una empresa dedicada a la fabricación de aberturas que actualmente cuenta con más de 70 colaboradores que se desempeñan en una amplia planta fabril.

La planta fue ampliada en el último tiempo con el objetivo de extender las ventas a diferentes puntos del país y se sumar una nueva línea de productos: muebles personalizados.

Pero al plantearse esos objetivos se encontraron con que necesitarían tomar más mano de obra de la región: “Entendimos que para que creciera la empresa teníamos que hacer crecer al pueblo”, declaró Daniel Caudagna, propietario de la firma -oriundo de Villa del Rosario- en referencia a que en Matorrales no había más personal disponible.

Más del 60 por ciento del personal es de otros pueblos como: Las Junturas, Costa Sacate, Villa del Rosario, Pilar y Río Segundo. La fábrica se hace cargo de los gastos de transporte.

Así fue como surgió la idea de ofrecer lotes para atraer a los trabajadores de la zona haciendo que se muden al pueblo, evitando así los viajes y también que pierdan “gran parte del sueldo alquilando”, asumió el empresario.

Analizando cuántos trabajadores tenían de otras localidades, se pusieron a trabajar en la iniciativa: “Lo primero que hicimos fue golpear las puertas del Municipio y pedir ayuda. Ahí surgió la posibilidad de comprar una parcela de tierra y al dividirla obtuvimos 37 lotes”, relató Caudagna.

Hoy la totalidad de los terrenos ya tienen dueño. Son 37 nuevas familias que se instalaron en Matorrales y que de a poco van construyendo sus viviendas con el apoyo de las familias y también de la empresa que los ayuda con los materiales.

“Nunca fue nuestra idea hacer un negocio inmobiliario sino conseguir empleados que puedan tener su casa en el pueblo. Calculamos el valor de la tierra comparando con una bolsa de cemento. Cuando el empleado paga su primera cuota (equivalente a cinco bolsas de cemento), le damos el lote para que empiece a construir”, detalló el empresario.

El autor:

El Diario del Pueblo

administrator
Previous post Conmoción en Villa Santa Rosa: falleció un adolescente
Next post Pulso Informativo Nº 251 – Agosto 2023